28, Junio del 2016

Ese sentimiento, esa sensación. Entra a través de un movimiento uno brusco, violento, letal y lento. Se incrusta dentro de tu pecho y a partir de tu corazón va creciendo, se va extendiendo por todo tu cuerpo. Como ramas alcanza hasta el último de tus dedos, y como espinas se incrusta entre tus nervios.

Ese sentimiento, esa sensación, no te deja respirar, no te deja pensar, no te deja cerrar los ojos en paz sin tener que llorar. Y en el momento en que te duele más, se detiene, se va, y te deja seco, vacío. Sin sentido te hechas a llorar y entre lagrimas te quieres ahogar.

Y en medio del dolor una canción empieza a sonar…

[…]

I am awash now without a life to please
And I know the hole inside of me
Is not the way I ever want to be
I'm gone

[…]

Se acabó, te di un solo regalo, uno solo. En él deposite todo mi amor por ti, la más grande demostración de mis sentimientos, o quizás la única. Me sacrifique, sacrifique mi felicidad, mi sueño de vivir contigo por tu bienestar, para que tú y Eva tengan un futuro, uno estable, uno de verdad, uno pacifico, con un demente que haría lo que sea por ti, por alguien quien te ama apasionadamente, desenfrenadamente, no como yo.

Los años me enseñaron que amar no es luchar contra algo, es simplemente dejarte llevar, encontrar la paz, ser feliz y que los demás sean felices con eso. El amor no pelea, no está dentro de su significado, el amor perdona, el amor limpia, el amor sana, el amor espera, el amor te cubre, el amor sonríe, el amor no es rápido ni lento, va a la velocidad a la que tiene que ir, el amor no es felicidad, ni tristeza, ni odio, ni pasión descontrolada, el amor es solamente amor, tranquilo, apacible, seguro, gentil y saludable.

Y si esto no fue amor, no me importa que fue. Trate de demostrarlo de la única manera que sé hacerlo, sacrificándolo todo, por ese alguien, por esa persona especial. Y debo aceptarlo, más ame a Eva que a ti, esa niña no merecía vivir nuestro dolor, no merecía ver lo que estábamos haciendo, no merecía lo que estábamos preparando. Su inocencia, su gentileza, su sonrisa, su curiosidad, si algo me enamoro de ti fue esa niña, y fue por esa niña que decidí dejarte, hacer que las cosas terminen como terminaron.

Ambos eran tan predecibles, todo lo había calculado, todo lo tenía calculado. Tú regresarías con él y estarían nuevamente los tres juntos. Porque aceptémoslo, nunca fui un buen hijo, ni un buen hermano, ni un buen estudiante, ni un buen padre. Nunca fui una buena persona, y a lo único a lo que me dedico es a soñar, a escribir sueños, o a dibujarlos, ¿qué futuro hay en eso? Ni siquiera yo estoy seguro de que mi vida tenga futuro. No quería decirte la verdad, esa verdad que tanto oculte: No tengo ningún futuro.

No quise que cargaras conmigo, no quise que te quedaras sin un futuro como yo, pensé que si me dejabas ahora, podías tener tu propio futuro, cumplir tus sueños, cumplir tus metas. Una familia feliz, en el último intento desesperado de demostrarte mi amor hacia ti, quise regalarte ello. Porque jamás quise regalarte otra cosa, porque nada se comparaba o asemejaba al pensamiento que tengo de amor. Cartas para que las hojas terminen en la basura, y las palabras en el papel, chocolates para que se derritan o los consumas y en mierda conviertas, flores para que el tiempo acabe con ellas. No, no quise regalarte tonterías, quise regalarte algo sincero, algo verdadero, algo duradero.

Y moví todas las piezas y todos los cables, tu y él fueron tan predecibles. Los use como títeres, solo para juntarlos e irme. Estaba dispuesto a perderte para que te ganaras la tranquilidad, la paz, el amor.

Pero no, tu jamás te diste cuenta de lo que te regale, de lo que le regale a Eva, preferiste mandarlo todo al carajo y correr a los brazos de otro tipo. Pues está bien, si no quisiste recibir mi regalo está bien. No te obligue ni te obligo a que lo recibieras, el amor no obliga.

Y si escribo esto ahora justo ahora es porque no se que mas puedo escribir, el dolor se fue, y me estoy quitando las ramas y las espinas de encima. Solo nos queda vivir, se feliz.

Si leíste esto olvídalo, yo olvidare que lo escribí. Y asi será la ultima vez que escribo de ti. Por ahora. Adiós, adiós Elisa.