jueves, 6 de julio de 2017

05, Julio del 2017



El sonido inquietante del reloj, las luces naranjas del exterior, uno que otro auto que produce ruido con el motor... la ciudad que nunca duerme afuera de esta habitación.

Horas tempranas y tardías, un teclado descompuesto, un brazo lesionado, y un escritor con miles de palabras en su demente mente.



































Un dolor en la espalda que viene de repente, el mismo sabor a veneno vuelve a mi garganta, y un calambre en el brazo que no puedo mover.



































Debí haber muerto...



































En serio...
¿De qué sirve estar vivo?...



































Si ahora estoy peor que antes...



































Debí haber muerto...



































Aún quiero morir.















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